Más allá de la excitación intelectual que provoca la lectura de textos literarios, el placer que sentimos frente a narrativas apasionantes nos lleva a vivir en la piel de la memoria cada una de los escenarios de la ficción.

Lo que nos queda tras la lectura nos obliga a salir corriendo y contar nuestra experiencia al primero que quiera escucharla o leerla; es como si quisiéramos que todos pudieran experimentar la intensidad con que algunas historias nos confrontan y seducen al mismo tiempo.

Autorretrato-de-familia-con-perro-portadaEn la pasada FIL Monterrey hice una compra rarísima: un libro en cuya portada se observa a un hermoso dachshund con la carita más expresiva y encantadora que he visto. Lo excepcional de esta adquisición es que nunca en la vida había comprado un libro por su portada. Siempre, creo que por enfermedad profesional, elijo libros cuyos autores escriban en español, o ya los haya leído. Cuando descubro un nuevo autor es porque algún amigo lector me lo ha recomendado o porque el título me parece interesante. Las portadas me parecen importantes, porque claro que de la vista nace el amor; sin embargo, esta vez, el perrito, que ahora sé que se llama Canuto, desde la portada, me lanzó la mirada más tierna, dulce, seductora y frágil que he visto en un perro y, sin importar nada, lo compré.

Autorretrato de familia con perro. Al principio el título me pareció extravagante, pero luego de empezar a leer.

En la portada, sobre un fondo blanco a su vez enmarcado por el diseño típico de la colección Andanzas, de TusQuets, aparece, de cuerpo entero la imagen de Canuto y, en la parte superior, el título: Autorretrato de familia con perro. Al principio el título me pareció extravagante, pero luego de empezar a leer, y de una exégesis muy apropiada en voz de uno de los personajes, me enteré de su relevancia. Álvaro Uribe, el autor (de quien ya quiero leer todo lo que sea posible), a través de una serie de “retratos” en voz de diferentes personajes que rodearon a la protagonista, va enmarcando, aparentemente, la figura de Malú. Pero esta descripción del personaje, aunque minuciosa, realmente no sólo aborda la historia de una mujer inteligente y seductora, llena de contradicciones, sino la filigrana que hay detrás de las relaciones familiares cuyos conflictos se entretejen con sutileza y a propósito de asuntos en apariencia triviales, tal como acontece en todas las familias.

A través de una urdimbre de recuerdos, el narrador “principal”, Alberto, se encarga de hilvanar las diversas voces que construyen la figura de su madre, como un homenaje a su existencia; pero este narrador sólo asume el relato de la trama al inicio y al final de la historia. Realmente, la voz que predomina es la de Adán, su hermano gemelo, con quien tiene una relación muy conflictiva, alentada desde que nacieron por su propia madre, y de quien está decepcionado. Este contrapunto es peculiar porque, aparentemente, el gemelo dominante ningunea la voz y los recuerdos del gemelo menor (lleno de reproches y resentimiento), pero es la que sirve como hilo conductor de la historia, donde aparecen los relatos de otras voces, incluso la del propio Canuto, que llega a ser la más entrañable, para configurar el retrato de la madre.

El autor crea con maestría diversos registros y tonos en las voces de diversos narradores incidentales…

El autor crea con maestría diversos registros y tonos en las voces de diversos narradores incidentales para dar verosimilitud a cada una de las etapas en la vida de Malú, una mujer de avanzada edad, quien siempre asumió su rol de mujer independiente. Es esa independencia la que la lleva a mostrar predilección por uno de sus hijos; sin embargo, a pesar de que ambos narradores asumen que Alberto, el mayor, es el preferido de Malú, el lector va descubriendo otras verdades detrás de las aparentes.

El aspecto más atractivo de la ficcionalización que urde Uribe en esta novela es cómo a través de la trivialidad de lo cotidiano va generando intrigas que conectan los más íntimos recuerdos del lector con la trama, porque nos lleva a vivir escenarios que todos, en mayor o menor grado, hemos transitado. Es muy seductora la manera en que el autor nos lleva a descubrir las sórdidas personalidades de cada uno de los personajes, sobre todo las que giran en torno a los gemelos, sin embargo, en este tránsito, también podemos reconocer nuestros propios impulsos y nuestras miserias. Esta confrontación contra uno mismo, como lector, hace que Autorretrato de familia con perro se convierta en un autorretrato del lector a medida en que vamos identificando, en el ojo ajeno, las miles de pajas que no nos dejan ver el mundo.

Un recurso que estimula la relación de nuestra vida personal como lectores y la trama de la novela es…

Un recurso que estimula la relación de nuestra vida personal como lectores y la trama de la novela es la constante aparición de reflexiones filosóficas que se van generando a medida en que, sobre todo Adán, tratan de explicar sus comportamientos y actitudes. Lo más interesante es que Alberto es un escritor permanentemente frustrado, lleno de anhelos insatisfechos, y Adán es un historiador que denigra el discurso literario por saberlo falto de verdad. Estas perspectivas van nutriendo nuestra expectativas, en las que podemos encontrar una discusión muy nutrida sobre la relación indisoluble y compleja de la historia y la literatura, tal como la vida de Alberto y Adán.

Mientras Alberto y Adán, los hijos de Malú, recuperan fragmentos de la vida de su madre, para entenderla y “perdonarla”, realmente se desnudan ante nosotros y muestran no sólo su vulnerabilidad, sino la forma en que el egoísmo los conduce a una decadencia sin retorno. A través de ese espejo, los lectores podemos ver algunas manifestaciones de nuestro propio deterioro y de lo irracional que pueden ser nuestras historias y nuestros pleitos familiares.

Autorretrato de familia con perro es una lectura intrépida que nos hace dar un salto a lo más recóndito de nuestra personalidad y con ello llenarnos de preguntas. El autor, quizás involuntariamente, nos hace percibir la desolación que queda tras los absurdos conflictos que se generan por nuestra propia insatisfacción, a través de relaciones entre personajes que son profundamente humanos. C2

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Referencia:

Uribe, Álvaro. Autorretrato de familia con perro. México: TusQuets, 2014.

Sobre el autor

Se doctoró en Estudios de la cultura, por la Universidad Autónoma de Nuevo León, donde también obtuvo el grado de maestra en Lengua y Literatura Hispánicas. Se desempeña como profesora e investigadora en la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL y en el Tecnológico de Monterrey. Es autora de un libro de cuentos: Historias para leer en lunes (2010).

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Se doctoró en Estudios de la cultura, por la Universidad Autónoma de Nuevo León, donde también obtuvo el grado de maestra en Lengua y Literatura Hispánicas. Se desempeña como...

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