En el mes de noviembre celebramos el día de muertos y el pagano halloween. Las películas de terror no se hacen esperar.

Exorcismos, fantasmas y demás demonios saturan las pantallas de televisión. Para celebrar el día de muertos nos juntamos los vecinos a comer pan… de muerto y, dentro del pragmatismo contemporáneo, unas pizzas. Alguien pregunta si hemos tenido una experiencia que podemos considerar sobrenatural. Algunos dicen que sí, otros que no. ¿Me han pasado cosas raras a mí? La respuesta es sí, pero no las puedo explicar por mi ignorancia, no porque se lo atribuya a algo sobrenatural.

Lo anterior me interesó a ver un poco la ciencia de estas cosas, bueno, en realidad la ausencia de ciencia en temas de fantasmas, apariciones, demonios y demás.

 

Los Fantasmas

¿Qué es un fantasma? ¿No deberían estar desnudos?

¿Qué es un fantasma? Dicen que es un alma en pena, un alma que no llegó al cielo, que dejó algún pendiente en el mundo de los mortales. Los fantasmas presentan varias características peculiares. La primera es que están vestidos y con una vestimenta propia de la época en que murieron. ¿Por qué? ¿No deberían de estar desnudos? Un vecino en la reunión hace una observación de que los fantasmas tienen aspiraciones sociales. Nunca se aparecen en casas del Infonavit, sino usualmente en grandes mansiones y palacios. Lo más interesante es que no hay fotos de ellos, claras y nítidas. Siempre son borrosas y se presentan de noche. Nunca se ha reportado un visita fantasmal a las 2 de la tarde. Siempre aparecen de noche.

Nuestros miedos son nocturnos porque somos animales diurnos. 

Esto tiene su lógica. Nuestros miedos son nocturnos porque somos animales diurnos. Un ruido durante el día no nos altera tanto como un ruido en la noche. Se acelera el corazón, se dilatan las pupilas y nuestro instinto de supervivencia entra en acción, nuestra imaginación mete ideas en nuestras cabezas. En la noche, mientras los ancestros dormían en una cueva, un ruido podía suponer un oso o cualquier carnívoro listo para almorzarlos y mandarlos al más allá. Somos animales de instinto y le tenemos miedo a la noche y en general a la obscuridad que es cuando más vulnerables somos.

El astrónomo y divulgador de la ciencia Carl Sagan decía que muchas veces escuchaba la voz de sus padres ya fallecidos. No se lo atribuía a visitas fantasmales, sino a su cerebro y su memoria evocativa. Yo sueño con mis abuelos de manera tan vívida que parece que pasamos la noche juntos, y es ese prodigio de redes neuronales en nuestro cerebro que nos dan esas memorias, pero no una visita o aparición.

¿Los fantasmas atraviesan paredes y flotan?

La otra cualidad de los fantasmas es que atraviesan paredes y flotan. Si atraviesan paredes como si nada, quiere decir que no interactúan con la materia. Pero se dice que mueven cosas, ¿entonces sí interactúan? Además dicen que los vemos, por lo que también interaccionan con la luz. Es decir, les podemos asignar un índice de refracción.

Según las películas, son casi traslúcidos y tienen un índice de refracción estimado de n=1.17. Si se apareciera un fantasma sería una experiencia muy interesante. Imaginen poder platicar con el fantasma de un soldado español de Hernán Cortes y que nos diga que vivió durante la conquista. O poder invocar con un médium al mismo Heisenberg para que nos enseñe mecánica cuántica, o a Euclides para que nos diga de dónde sacó la idea de escribir su obra de geometría.

 

Los Demonios

Para mi el bueno en el ring era el Huracán Ramírez y no Blue Demon.

Al igual que los fantasmas, los demonios tiene la tendencia de presentarse en la noche cuando estamos profundamente dormidos. Siempre representan el mal y son parte importante de la religión. Aunque dándole un voto de confianza, no hay ningún reporte que el diablo haya hecho algo tan perverso y cruel como lo que dios le hizo a Job.

Platón, en su Apología de Sócrates, nos describe que al ser acusado de creer en demonios, Sócrates dice que es una contradicción ya que no cree en dioses y los demonios son hijos bastardos de los dioses. Otro escenario interesante lo presenta James Blish en su libro de ciencia ficción Un Caso de Conciencia. En el futuro la humanidad hace contacto con una civilización extraterrestre avanzada y manda un contingente que incluye al sacerdote Jesuita Ramón Ruíz-Sánchez. Este planeta, llamado Lithia, tiene una civilización pujante, sin violencia, sin guerras y sin religión. El jesuita concluye que esto sólo puede ser obra del diablo. Al permitir este grado de avance sin violencia y sin miedo no hay necesidad de creer en un dios. Así, debe de tomar una decisión: realizar o no un exorcismo a ese planeta. Y no les cuento el final por si lo quieren leer. El argumento de James Blish me sugiere que no hay posibilidad de reconciliación entre dios y el diablo. De hecho, una condición necesaria y suficiente para la existencia de dios es que exista el diablo.

Yo no soy millenial y en lugar de ir a la Condesa, soy homo Sanborns. Un café con el diablo no estaría mal y que nos platique el lado de su historia. Al parecer tiene algunos asuntos no resueltos con su padre. ¿Cómo fue lo de El Fausto de Goethe, y cuáles son las letras chicas del contrato? ¿Son como en las de las tarjetas de crédito de los bancos? ¿De dónde sale eso del trinche, los cuernos y el color rojo? Y hablando de rojo, le preguntaría al diablo si es pariente de ese personaje perverso llamado Santa Claus. Promete regalos a los niños que se portan bien, pero se olvida de decir que siempre y cuando tengan dinero. Al parecer, Santa Claus también es socialmente ambicioso y no es visitante frecuente de las favelas de Río o de Iztapalapa.

¿Qué plática tendrían con un fantasma o con el diablo?

Carl Sagan siempre dijo que afirmaciones extraordinarias requieren de evidencia extraordinaria y a la fecha lo único que hay para justificar apariciones de fantasmas y demonios es evidencia anecdótica. Pero aunque no haya evidencia es divertido pensar cómo sería si todo esto existiera. Yo les preguntaría a los lectores qué plática tendrían con un fantasma o con el diablo.

Pero regresando al día de muertos… pienso que es una tradición muy sana. Para los que creen que sus ancestros los visitarán, basta un pan o unos frijoles para agasajar a los difuntos. Para los que no creemos, es una tradición para recordar a los ancestros y mantener nuestra historia familiar viva, alimentar nuestra memoria evocativa y acordarnos de los buenos tiempos con aquellos que ya no están con nosotros. C2

Sobre el autor

Investigador Titular C en | Website

Investigador en el área de física actualmente interesado en el transporte y la transferencia de calor a la nanoescala. También ha trabajado en efecto Casimir. Le interesan problemas de acústica y sismología.

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raul@fisica.unam.mx

Investigador en el área de física actualmente interesado en el transporte y la transferencia de calor a la nanoescala. También ha trabajado en efecto Casimir. Le interesan problemas de...

4 Comentario

    • julian -

    • 7 junio, 2018 / 12:18 pm

    guau 0_0

    • lola -

    • 18 diciembre, 2017 / 08:14 am

    tu transporte va a ser el coche que te lleve al tanatorio

    • Petra Wiederhold -

    • 12 noviembre, 2017 / 20:03 pm

    Me diverti mucho en leer este articulo, buena explicacion, buen sarcasmo …, aunque, —
    por supuesto, seria fantastico y maravilloso encontrarnos un dia con un fantasma, no ? — ? qui’en no ha tenido este sueño ? — hay una manera de hacerlo – leyendo con concentraci’on una buena novela – estilo Edgar Allan Poe o algo as’i.

    Solo un pequeñito comentario: el “Halloween” esencialmente NO es algo pagano, aunque incorpora elementos y origenes paganos. La palabra y el evento como tal, tienen su origen en la religion catolica — vean las paginas Wikipedia al respecto, vale la pena por ejemplo ver las versiones en español y en ingles que son ligeramente distintas.

    • Luis Gutiérrez -

    • 7 noviembre, 2017 / 16:33 pm

    ¡Excelente!

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