Si el perro es el mejor amigo del hombre, como el credo popular afirma, es porque el hombre es el mejor amigo del perro.

En efecto, estudios recientes han demostrado que esta amistad surgió hace 35 mil años en Europa. Sí, pues según un análisis muy cuidadoso de las mitocondrias (que son los organelos más conspicuos de las células) de cientos de lobos y perros, Olaf Thalmann y Robert Wayne de la Universidad de California, en Los Angeles, han concluido que el mejor amigo del hombre es europeo. Y que proviene del lobo.

En su novela Colmillo Blanco, Jack London narra de forma magistral lo que pudo haber sido su lenta domesticación. La fiera, a lo largo de miles de años, siguiendo tribus nómadas que cazaban con lanzas y flechas, paliaba su hambre congénita con los restos que esos animales bípedos dejaban en sus largos peregrinajes. Años de comodidad tornaron su naturaleza salvaje en sumisión y obediencia, en cercanía y amistad. Además, el dominio del hombre sobre el fuego, escribe el novelista, subyugó la feroz alma del lobo.
Los dos amigos eran, juntos, más aptos para sobrevivir en los bosques lóbregos y fríos de una Europa hostil. Cuidaban uno del otro. Con un perro al lado, el camino del hombre fue más seguro, con un hombre al lado, la comida para este no escaseaba. El Dr. Wayne reconoce que su estudio no pondrá fin a la controversia sobre el verdadero origen del perro, pues otros expertos ubican su origen en Asia. C2

Science vol 342, 2013

 

 

 

Sobre el autor

Deja un Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *