Si hiciéramos un listado de los personajes más importantes de la humanidad, Leonardo da Vinci ocuparía uno de los primeros lugares. Se pone la piel de gallina cuando uno piensa que el 2 de mayo de 2019 se cumplen quinientos años de su muerte. De origen toscano, murió a los 67 años de edad en el Valle de Loira, Francia, donde vivió los últimos tres años de su vida como parte de la corte del muy joven y recién coronado rey Francisco I. Por parte de la familia materna, Francisco I tuvo fuerte influencia del Renacimiento italiano y una profunda sensibilidad por el arte y el humanismo, así que no dudó en aprovechar la fama de Leonardo para ofrecerse como mecenas del artista.

Se pone la piel de gallina cuando uno piensa que el 2 de mayo de 2019 se cumplen quinientos años de su muerte.

La vida de Leonardo da Vinci (1452-1519) coincide con el desarrollo del periodo europeo llamado Renacimiento, corriente humanista, cultural y artística que retoma los modelos de la antigüedad greco-romana, después de diez siglos bajo el oscuro régimen feudal de la llamada Edad Media. Esta luz renacentista llevaría posteriormente al surgimiento de las ciencias, aunque Leonardo no conoció la separación entre ciencia y arte. Ciertamente, en el campo de las artes el florentino es conocido por sus trabajos en pintura, escultura, arquitectura, música y literatura; pero en el campo de las ciencias y la tecnología se conoce también su aportación a la anatomía, botánica,  paleontología, geología, mecánica, óptica, matemáticas, ingeniería o al urbanismo. Esta interdisciplina o polimatía es característica del espíritu renacentista, pero en da Vinci se dio de una manera extraordinaria, propia de los grandes genios que se reconocen en la historia de la humanidad.

La formación inicial del joven Leonardo fue en Florencia, Italia, en los campos de la pintura, escultura y orfebrería, bajo la tutoría del maestro florentino Andrea del Verrochio (1435-1488), quien a su vez fuera discípulo de otro maestro florentino conocido como Donatello (1386-1466). En aquella época, la formación artística se daba en talleres de expertos; estos talleres eran financiados por los mecenas, ricos nobles y comerciantes de la época. Actualmente, la formación científica se enmarca en un sistema heredado de aquellos tiempos renacentistas; si bien ahora los científicos en formación deben contar con una instrucción escolarizada, la experiencia en investigación científica se hace muy frecuentemente en laboratorios bajo la dirección de uno o varios tutores expertos, con el auspicio financiero de alguna instancia gubernamental o comercial.

La obra pictórica de Leonardo da Vinci es limitada, no más de 20 cuadros se identifican en la actualidad, aunque La Gioconda y La Última Cena figuran sin competencia como íconos de la cultura contemporánea, al igual que un par de dibujos: el conocido como Hombre de Vitruvio – mostrando magistralmente las proporciones ideales del cuerpo humano – y un supuesto autorretrato aparentando una edad que quizás no le correspondía. Adicionalmente se conocen miles de hojas sueltas o en forma de diarios y cuadernillos organizados en forma de tratados, que incluyen numerosos dibujos, esquemas y gráficos, acompañados por textos explicativos. Leonardo fue más allá de la simple expresión artística y los bocetos correspondientes, pues en sus hojas propuso numerosas teorías que explicaban ciertos fenómenos naturales y biológicos, además que planteó distintas soluciones arquitectónicas y urbanísticas, así como un conjunto de máquinas y artilugios para todo tipo de aplicaciones.

Como parte de la conmemoración de los cinco siglos del legado de Leonardo Da Vinci, las galerías Uffizi, en Florencia, inauguró en julio de 2018 una sala especial con tres de las obras del pintor. Estas galerías, en asociación con el Museo Galileo de la misma ciudad, ofrecieron recientemente una exposición dedicada al llamado Códice Leicester de Leonardo, manuscrito de 72 páginas que fue exhibido gracias al préstamo del multimillonario Bill Gates, quien lo adquirió en una subasta en 1994. La exposición cerró el 20 de enero de 2019 y estuvo dedicada al agua como elemento central de análisis desde el arte y la ciencia.

Codice Atlantico (Codex Atlanticus), f. 1097r, Naviglio di San Cristoforo, Leonardo da Vinci (1452-1519), 1509.

 

Por su parte, la Biblioteca Ambrosiana en Milán, Italia, presenta a lo largo del año cuatro exposiciones sobre su mayor tesoro, el llamado Códice Atlántico de Leonardo. Este manuscrito de 46 páginas incluye diseños arquitectónicos, urbanistas e ingenieriles relacionados con la ciudad de Milán, donde el genio trabajó cerca de dos décadas. El documento muestra alas mecánicas, máquinas de guerra, un prototipo de automóvil y varios de tipo industrial, incluyendo algunos estudios que hizo durante su estancia en Francia. También en Milán, el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología, llamado Leonardo da Vinci en su honor, conmemora su fundación en 1953 con una serie de artefactos y estructuras que diseñó Leonardo y cuyos modelos fueron construidos para exhibirse en el Museo. Estos modelos han sido desempolvados y restaurados para una nueva exposición que está abierta al público entre julio de 2018 y octubre de 2019, en medio de frescos pintados por artistas lombardos de hace cinco siglos.

 

Entre los castillos del Valle de Loira, donde permanece sepultado el florentino, se ha preparado una agenda de eventos culturales a lo largo de 2019, que incluye un festival de música renacentista y varias exposiciones temporales y permanentes sobre la vida y obra de Leonardo. Se exponen, por ejemplo, animaciones en tercera dimensión y varias piezas construidas en tamaño real de máquinas con sus diseños, así como un espacio dedicado a la parafernalia de los grandes banquetes renacentistas, en los cuales Leonardo ofreció una serie de propuestas técnicas y artísticas. El genio florentino viajó aún después de su muerte: en el siglo XVII, el rey Carlos II de Inglaterra (1630-1685), un amante del arte, adquirió más de 550 folios de Leonardo, que hasta la actualidad permanecen como parte de la Colección Real. Durante 2019, una selección de 144 dibujos se exhibirá en 12 museos y galerías en distintas ciudades del Reino Unido (12 obras en cada espacio, de manera simultánea); más tarde en este mismo año, se exhibirá en Londres una magna exposición de más de 200 trabajos de Leonardo, la cual luego será trasladada a Edimburgo.

Atelier viviente de Leonardo da Vinci © L. de Serres

 

El genio de Leonardo nos ha acompañando a lo largo de quinientos años, un legado que se reconoce y que nos invita a seguir disfrutando su invaluable trayectoria y contribución a la humanidad. Más allá de los misterios que pudiera ocultar su vida personal, en la vida pública de Leonardo reconocemos a un científico humanista y a un artista interdisciplinario, un modelo a revisar con la nueva lente contemporánea para verificar que su genio trasciende fronteras del conocimiento, geográficas y temporales. ¡Que siga vivo el espíritu de Leonardo por cinco siglos más! C2

 

 

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Sobre el autor

Desde 2004, Rodrigo Patiño es investigador en la Unidad Mérida del Cinvestav. Se interesa por la investigación interdisciplinaria; participa activamente como profesor de programas de posgrado y también en actividades de difusión y divulgación de la ciencia.

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