Huesos del esqueleto social
erguidos de ausentes
bailan la música del polvo
descartes de la memoria
enterrados en descampados
el miedo gotea y calla
quedan en fotos los muertos.
Somos
carne de palabras
cruzando en la noche
de la desvastación
profanando los misterios
un circular retorno
en comunión alucinada
de materia y verdad.
Mis amantes
copulando en portales
de emergencia animal
siempre prestos al sacrificio
que las muchachas de cenicienta moral
repudian y sueñan.
La angustia
es un animal
lamiendo los andrajos
de la incertidumbre
con una jauría
hambrienta atrás.
En la dermis del planeta
diluvios envuelven
la periferia
con sudor publicitario.
Mis amigos se incineran
en adjetivos imposibles
ofrendando óseas realidades.
Sus tardíos juramentos
son candelabros
alumbrando
los pliegues del insomnio
en el placard encefálico
que cargamos
arriba de los hombros.
Adrián -
Una de las nuevas voces de la poesía Argentina, gran poeta patagónico