“Mis lagrimas surgen como las flores…”
Don Julio, el Mara´kame
Un mural Wixárica expuesto en la estación del metro del Louvre en París, montado sin la intervención del artista con un fraude de por medio, fue tema de noticias en 1997, cuando los entonces presidentes Jaques Chirac (Francia) y Ernesto Zedillo (México) lo inauguraron. Este acontecimiento atrae al cineasta Nicolás Echevarría para crear Eco de la Montaña (2014), una película realizada con el artista Santos de la Torre, su familia, y Don Julio, el Mara´kame: el que sabe mucho, el que habla con los dioses; iluminan la hechura de un nuevo códice (mural) con su pensamiento de la creación del mundo, su modo de vivir y resistir en tierra del pueblo huichol.
Durante un año se instalan en una casa en la ciudad de Zacatecas para producir con la destreza de combinar el color de la chaquira, los símbolos que persisten de una nación que abarcaba lo que hoy en día son los estados de Jalisco, Nayarit, Zacatecas y San Luis Potosí. Territorio vuelto mil pedazos y en riesgo, por los intereses de la minería, ese mal representado por un tigre, como lo concibe la palabra guía de la película, la de Santos:
“El toro somos nosotros que estamos defendiendo el lugar sagrado, el tigre puede ser que nada le importa el lugar sagrado, el presidente Calderón.”
Con su voz pausada agrega:
“La gente ignorante, nada más piensa en hacer grandes cosas, pero no es así, porque se contamina todo, dicen que hay minas, pero la mina es como nuestro cuerpo que traemos por dentro, así los dioses también, traen algo de mucho valor; el oro es como la vida, la plata es como el hueso de nosotros, el agua es como las venas de nosotros mismos, y así también nosotros lo cargamos, lo tenemos, tanto como la tierra y en el cielo. Mayormente lo que la tierra trae. Todo lo que traemos nosotros está destinado a los sitios sagrados, no ser invadido, ni dañado tampoco.”
El cineasta, creador de: “Judea” (1973), “Niño Fidencio” (1980), “Poetas Campesinos” (1980), “Cabeza de Vaca” (1990), no se detiene en el conflicto de la disputa por la tierra y camina junto con la gracia, ternura y sencillez de los protagonistas por los lugares sagrados, la vida en la ciudad, el hacer del mural, para generar atmósferas que atisban en la filosofía de un pueblo. Filmada a cuatro manos (Sebastián Hoffman y Nicolás Echevarría), se explora magistralmente los paisajes del cerro de El Quemado, el desierto de Wirikuta, el mar de Haramara (San Blas, Nayarit), lugares de historias de los dioses que le dan sentido a la vida de las mujeres y hombres de aquellas tierras.Y en los lazos de la vida de los seres terrenales con los dioses, se concibe el Hikuri:
“El peyote también es el tercer ojo, pero de Dios, por eso trae muchas cosas, mucho poder. Cuando uno lo come con miedo, te asustas porque así te lo comiste, pero cuando te lo comes con amor, no te pasa nada…Te da mucho poder, te da mucho entendimiento.”
Eco de la Montaña, revela dignidad y honra un pueblo. Se suma a la lucha de resistencia de los primeros que habitaron México.C2
Elizabeth -
A mi me encanto el documental aveces no valoramos lo hermoso que tenemos en México que creemos que viajando a otros países extranjeros nos hace mas grande en lugar de aprender, valorar, conocer y cuidar esas tradiciones y raíces de las que estamos hechos orgullosamente.
estaba deslumbrada por viajar al extranjero… pero no puedo hacerlo sin empezar por conocer mi México y así poder presumir de todos los paisajes y culturas que tenemos.
ojala que sigan dando a conocer el trabajo de estas personas y de mas.. y darle honor a quien honor merece y no colgarse de su honestidad.