Cuando la razón duerme despiertan los monstruos, es el título de un grabado de Francisco de Goya de su serie Los Caprichos. Título sugestivo que viene hoy muy al caso.
Mientras la razón duerme, el sarampión regresa. Una enfermedad que ya empezábamos a olvidar y que causaba estragos a principios del Siglo XX, matando a miles y dejando a muchos con secuelas permanentes.
El sarampión se considera una de las enfermedades virales más contagiosas.
El sarampión se considera una de las enfermedades virales más contagiosas, pero gracias a las campañas de vacunación la Organización Mundial de la Salud [1] estima que entre los años 2000 y 2016, se previno la muerte de casi 20 millones de personas. En Latinoamérica se consideró erradicada en 2015, aunque hace unas cuantas semanas se reportaron 3 casos de sarampión en la Ciudad de México. De acuerdo a la Secretaría de Salud son los primeros casos en 22 años. En países del primer mundo, como Inglaterra y Estados Unidos, la historia es diferente. Los casos van en aumento y todo gracias al movimiento anti vacunas. La libertad de dar a los padres la decisión de vacunar o no a sus hijos ha traído como consecuencia un aumento en los casos de sarampión en esos países, poniendo en riesgo a la sociedad en general.
El movimiento anti vacunas que nos ha llevado a este problema empezó hace 20 años. En 1998, la revista médica Lancet [2] publicó un artículo del Dr. Andrew Wakefield. El trabajo era un estudio que relacionaba la vacuna triple viral (sarampión, paperas, rubeola) con el autismo. Ante la falta de reproducibilidad de sus datos, la comunidad médica empezó a cuestionar los resultados. Años más tarde, ese trabajo fue retractado por la revista Lancet, concluyendo que el autor principal había cometido fraude al reportar sus hallazgos. No fue un simple error de análisis, por lo que la licencia médica del Dr. Wakefield fue revocada en Inglaterra. Pero el daño ya estaba hecho.
El movimiento anti vacunas que nos ha llevado a este problema empezó hace 20 años.
El furor que causó ese artículo fuera de la comunidad científica dio lugar a un movimiento anti vacunas que era y es apoyado por varias celebridades de Hollywood, como Jim Carey e incluso Donald Trump, donde en un debate hablaba de la relación entre las vacunas y sus consecuencias negativas. Otros candidatos republicanos con credenciales médicas, como Ben Carson que es neurocirujano y Paul Ryan oftalmólogo, permanecerían callados y no se atrevían ir contra las modas anti vacunas y el riesgo de perder votos.
Con su licencia revocada, Wakefield se dedicóo a predicar sobre el peligro de las vacunas y las redes sociales en los últimos años se convirtieron en su gran aliado. Hoy en Facebook [3] hay sitios como Anti-vax, Anti Vaccination, Safe space for anti vaccines moms. En un inicio, sus criterios se basaban en que no se requerían vacunas porque en Inglaterra ya no había muertes por sarampión –sin considerar que no había muertes ya que casi todos los niños eran vacunados. El mundo médico fue atacado, pues se le consideraba aliado de los fabricantes de vacunas. Es decir, refutando la ciencia con la teoría del complot. Una nota que leía hace unos días afirmaba que al ser vacunado uno se convierte en portador de la enfermedad y que el vacunado es contagioso. ¿Pero ante la evidencia científica de la eficacia de las vacunas que evidencia presentan los detractores? Ninguna. Ellos dicen que son los padres y madres de los niños y saben que les conviene a sus hijos y no están obligados a dar ninguna evidencia.
Más problemas con pseudo medicina. Campos magnéticos y el Reiki.
Una moda reciente es la cura con imanes.
Una moda reciente es la cura con imanes. Se toma un curso de algunas semanas, quizá por correspondencia, y uno ya puede curar enfermedades pasando imanes por el cuerpo. Pulseras o collares con imanes se venden con la pretensión de que evitan enfermedades. De un sitio de la web cito: “Las teorías que defienden el uso de los imanes en el tratamiento de determinadas dolencias se basan en que nuestro cuerpo está regido por impulsos magnéticos y campos que están en constante armonía. Cuando existe una dolencia este campo magnético se rompe y se produce el dolor. Para devolverlo a su estado habitual es necesario que otro campo magnético entre en acción y logre estabilizar los impulsos de nuestro cuerpo. Por este motivo se usan los imanes para mitigar el dolor”.
Desde el punto de vista de la ciencia esto no dice nada, ni cumple con criterios científicos mínimos como pruebas reproducibles y pruebas doble-ciegas para demostrar la efectividad de estos tratamientos.
En otro sitio se dice que “los campos magnéticos calibran” las células -lo que no tiene ningún sentido- o que “el cuerpo emite frecuencias electromagnéticas” -que tampoco lo tiene. Es como si se dijera que el agua caliente emite grados centígrados. Todo se reduce a anécdotas. Mi primo, mi tía, al vecino le dolía la panza. Le pasaron unos imanes y se le quitó. Pero las anécdotas ni hacen ciencia ni son estadística.
Pero ya que hablamos de energía veamos el Reiki. En 1926 un monje budista japonés, sin ninguna preparación médica, descubrió o invento el Reiki. Él decía que hay una energía vital en todos los seres vivos y el tratamiento consiste en que el practicante acerca sus manos a unos centímetros del paciente y le transfiere energía vital.
¿Cuándo y cómo midieron esta energía vital?
Las preguntas básicas que nos podemos hacer son ¿cuándo y cómo midieron esta energía vital?, ¿cuál es su valor para un individuo sano?, ¿cómo se transmite esta energía vital?, ¿cómo se almacena en el cuerpo? Así que hay que hacer un experimento. Una niña de 9 años llamada Emily Rosa, propuso un experimento doble ciego para mostrar que practicantes del Reiki con experiencia no podían detectar la energía vital. Emily es la persona más joven en ser coautora de un artículo de investigación [5].
Revisando varios sitios dedicados al Reiki leemos cosas como que es bueno para la sanación de una fractura. Se dice que una vez que el traumatólogo coloqué los huesos en su lugar, el Reiki funciona aún a través del yeso. O sea que lo enyese el doctor primero y luego con el Reiki se cura. En otro sitio se describen los beneficios en el cáncer de mama: una vez que el paciente se somete a tratamientos tradicionales, viene después el Reiki.
Además, los que curan con imanes o Reiki y se dicen expertos, nunca han estado en un anfiteatro, nunca han abierto el vientre de un cadáver para ver su interior o de plano nunca han tomado un curso de anatomía. Entonces, con cuál autoridad moral pueden decir que curan. Si yo les digo que nunca he abierto el cofre de un coche pero se los arreglo, ¿confiarían en mí?
Los practicantes de estas alternativas médicas no pueden diagnosticar.
Otra característica de los practicantes de estas alternativas médicas es que no pueden diagnosticar. Si voy al médico con una dolencia estomacal, por experiencia clínica o pruebas de laboratorio, el médico me puede dar un posible diagnóstico: colitis, infección, obstrucción intestinal o lo que sea. No me pasa unos imanes por el abdomen y me dice que es una pérdida de balance de energía. De hecho, la importancia del diagnóstico no es nueva, desde hace 2500 años Hipócrates la determinó. Él es el que saca la medicina del misticismo, haciéndola un conocimiento racional de la ciencia.
El tratamiento con imanes, Reiki, energías de cuarzo o la alineación de los chacras no tienen base científica. Citando a Fontanarosa [5] “No hay medicina alternativa, hay medicina basada en ciencia…”
A diferencia del movimiento antivacunas, la llamada medicina alternativa como Reiki, campos magnéticos o cuarzos, no afectan a la sociedad pero si a los que se someten a sus tratamientos. Si es para curarse un catarro no hay problema. Pero cuando un paciente con diabetes deja su tratamiento de insulina por unos imanes, o el paciente que decide ir a una sesión de Reiki en lugar de quimioterapia para el cáncer, o cuando una simple apendicitis se convierte en peritonitis porque los cuarzos curan, se pone la salud y la vida en peligro. Alguien debiera ser responsable.
¿Por qué la gente usa técnicas alternativas y no la medicina tradicional? Primero, hay muy poca educación científica y de pensamiento crítico en nuestras escuelas y las de todo el mundo. En México, la ciencia a nivel secundaria es aprenderse la tabla periódica, las fórmulas del tiro parabólico y las 10 formas de factorizar del Baldor. Eso ni es ciencia, ni es matemáticas. Hay esfuerzos por llevar una educación racional a la gente. El gran divulgador Carl Sagan nos mostró la belleza de la astronomía, Richard Dawkins y Marcus du Sautoy, del Programa de la Universidad de Oxford para el Entendimiento Público de la Ciencia y las Matemáticas, hacen lo mismo con la biología y las matemáticas. Pero faltan los médicos que nos enseñen qué es la medicina y qué no es. Que nos enseñen por qué las enfermedades no se curan en un día, por qué se equivocan en su práctica y por qué sí funciona la medicina. O si quieren ustedes, por qué razón es lo mejor que tenemos. C2
Referencias
[1] Reporte de la Organización Mundial de la Salud. Ver http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs286/en/
[2] A. J. Wakefield, S- H. Murch, A. Anthony et al. Ileal lymphoid-nodular hiperplasia, non-specific colitis, and pervasive developmental disorder in children, Lancet vol. 351, p. 637 (1998). Artículo retractado por Lancet.
[3] R. Gebelhoff, The anti-vaccine movement shows why Facebook is broken, Washington Post, enero 9, 2018.
[4] L. Rosa, E. Rosa, L. Sarner et al. A close look at therapeutic touch, Journal of the American Medical Association vol. 279, p. 1005 (1998).
[5] P. B. Fontanarosa, G. D. Ludenberg, Alternative Medicine meets Science, Journal of the American Medical Association, vol. 280, p. 1618 (1998).
Adendum
Cuando escribí este artículo le comenté al editor de C2 que me preocupaba el tema y que no quería herir susceptibilidades. La salud es un tema importante y las enfermedades es algo que nos hace muy vulnerables. También le comenté que en una situación médica reciente de mi hija, que requirió algunas horas de hospitalización, si alguien me hubiera dicho que sacrificara una gallina a Zeus, lo hubiera hecho.
Por supuesto el efecto placebo y el factor psicológico es importante en la cura de enfermedades. La empatía del médico al paciente, el apoyo de la mamá al niño enfermo o simplemente la frase sin duda “te vas a mejorar”, puede ser importante para un paciente.
Este artículo se lo envié a la pediatra que por muchos años ha atendido a mis hijos. Después de unos intercambios de chats, le pedí que me contestara 5 preguntas que a continuación escribo con las respuestas. Le agradezco mucho y creo que son un buen complemento al artículo.
Raúl: Como pediatra, ¿estarías de acuerdo con lo que escribí sobre las vacunas?
Pediatra: Las vacunas son un gran invento, y abogo por su aplicación siempre. No se sustituyen con/por nada.
Raúl: En Inglaterra, muchos pediatras ya no reciben pacientes que no se hallan vacunado, porque son posible fuente de infección. ¿Tú qué harías si hay padres de familia que no quieren vacunar a sus hijos?
Pediatra: Les explico profundamente las ventajas/desventajas de las vacunas. Yo tampoco acepto pacientes no vacunados porque me siento muy vulnerable como médico y estaría promoviendo esta actitud que me parece equivocada.
Raúl: Tu tuviste una cirugía y las contracciones post operatorias se te quitaron cuando fuiste a una sesión de Reiki. ¿Por qué crees que te funcionó?
Pediatra: Yo creo que se me quitó porque transmitir buena vibra funciona. Además mi explicación científica, que nunca falta, es que al relajarme con el ambiente, se relajó la contractura.
Raúl: Dada tu experiencia, te hubieras saltado la cirugía y el diagnóstico original por un tratamiento alternativo como el Reiki.
Pediatra: Jaja, definitivamente no. No creo que sirva más que como me funcionó a mi.
Raúl: Recomendarías el Reiki a un paciente como alternativa o, dada tu experiencia, bajo cuáles circunstancias.
Pediatra: Yo creo que mientras no dejes la medicina alópata, y le des prioridad (ya que es la única analizada, objetiva, y con fundamento científico), casi todo lo demás puede ayudar a sanar. La mente es poderosa.
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