Este artículo fue publicado originalmente en la Revista Biotecnología en Movimiento, Número 15, del Instituto de Biotecnología de la UNAM
En el desarrollo evolutivo humano, probablemente ha habido emergencia y desaparición natural de enfermedades infecciosas de gran contagiosidad, que al presentarse en una comunidad donde todos sus habitantes son susceptibles de contraerla, generan gran número de personas infectadas, cuya recuperación se acompaña de protección específica de por vida (inmunidad), o que no dejan inmunidad, o inducen protección limitada, manteniéndose así, la susceptibilidad de la población ante futuras reexposiciones al mismo microorganismo. En el primer caso, al agotarse la cantidad de personas susceptibles a la infección, estos agentes pueden desaparecer si no encuentran reservorios no humanos y con ellos las enfermedades que producían.
El hallazgo de que las personas que sobreviven a una infección particular, no vuelven a enfermar ante la re-exposición al agente, es ancestral, y fue documentado por primera vez en el siglo V a.n.e. por el historiador griego Tucídides. El efecto protector de una infección en los sobrevivientes, es atribuible a la activación del sistema inmune, que es responsable de mantenernos sanos. La vacunación, permite lograr el mismo efecto protector, sin necesidad de infectarse en forma natural; consiste en la aplicación de microorganismos muertos o atenuados (debilitados en el laboratorio para que no produzcan la enfermedad), o de componentes lo más inocuos posible, provenientes de los agentes infecciosos, que activan el sistema de respuesta inmune ante futuras reexposiciones a dichos agentes, evitando o bien atenuando la gravedad de las enfermedades.
La viruela fue la primera enfermedad erradicada del mundo por voluntad y esfuerzo humano. Se trata de un padecimiento contagioso grave, responsable del fallecimiento de millones de habitantes del planeta. Este virus llegó a nuestro continente con los coloniza- dores europeos y, aunado al sometimiento violento de las poblaciones indígenas, diezmó las comunidades aborígenes de América. El uso de diferentes técnicas de inoculación de viruela también llamadas “variolización” en China, India, Turquía y en otros países, abrió la puerta al desarrollo de una vacuna contra la viruela por el médico inglés Edward Jenner en 1796. El conocimiento y experiencia adquiridos con la vacunación antivariolosa, permitió organizar grandes campañas de vacunación en el mundo que tenían como propósito la erradicación de este padecimiento, logro alcanzado en 1979.
Políticas globales de vacunación en salud pública
No todas las enfermedades infecciosas son susceptibles de ser erradicadas o eliminadas, para ello se requiere reunir condiciones dependientes de las características del agente causal, de las personas susceptibles a la infección y de las del medio ambiente, además de la factibilidad de contar con vacunas de elevada eficacia en la inducción de respuesta inmune y efectividad en la prevención de los padecimientos. Por otra par- te, se requiere alcanzar, mediante la vacunación, una amplia inmunidad poblacional. Para llevar exitosamente las estrategias de erradicación o eliminación, es necesario disponer de recursos humanos, materiales y financieros suficientes y desde luego de la voluntad política y del compromiso de los gobiernos (Cuadros 1, 2 y 3).
Se entiende por erradicación, la ruptura de la cadena de transmisión de la enfermedad por contagio de persona a persona, mediante la inducción de inmunidad individual y colectiva de la población. Como resultado de esta política, el agente causal deja de circular en el mundo, y no se presentan casos, ni de- funciones a causa de este microorganismo en ningún país. Por otra parte, la política de eliminación, difiere de la de erradicación, en que la no circulación del microrganismo causal se limita sólo a una o varias regiones del planeta, y en que pueden presentarse casos importados de otros países y algunos casos locales asociados a estas importaciones, en las regiones donde el padecimiento está eliminado. Actualmente se tienen objetivos globales de erradicación de poliomielitis y de eliminación de sarampión, rubéola y de síndrome de rubéola congénita (SRC).
Para las enfermedades infecciosas que por el momento carecen de factibilidad técnica para ser erradicadas o eliminadas, se tienen políticas llamadas de “control”, consistentes en el establecimiento no arbitrario de límites máximos de casos y defunciones que los sistemas de salud estarían dispuestos a aceptar. En el cálculo de este valor se considera el valor esperado de casos nuevos para la semana evaluada, cuya estimación parte del análisis del número de casos previos a la misma semana epidemiológica de los últimos 5 años. Si los casos nuevos superan el límite superior de la variación estadística del valor esperado, se hablaría de “descontrol” del padecimiento.
No todas las enfermedades infecciosas son susceptibles de ser erradicadas o eliminadas, para ello se requiere reunir condiciones dependientes de las características del agente causal, de las personas susceptibles a la infección y de las del medio ambiente…
Finalmente, los virus que producen enfermedades como la influenza, presentan variaciones (mutaciones y/o recombinaciones genéticas) frecuentes, y requieren del cambio anual de la composición de las vacunas que la previenen. Por otra parte, el efecto protector de la vacuna disminuye con el envejecimiento de los individuos, manteniéndose a pesar de esto, el efecto preventivo sobre las complicaciones que frecuentemente llevan a la hospitalización y a la muerte de los adultos mayores no vacunados. Para este tipo de padecimientos, la política de salud pública se denomina “mitigación”.
Conclusiones
Usando la herramienta de la vacunación, se ha- logrado la erradicación de la viruela, y de los poliovirus silvestres tipo 2 y 3 causantes de la poliomielitis. El poliovirus silvestre 1 está eliminado de la mayoría de los países, manteniéndose su circulación solo en tres países: Afganistán, Pakistán y Nigeria, lo que hace previsible la erradicación final de la poliomielitis en un futuro muy cercano. En nuestro continente se ha logrado la eliminación de la poliomielitis, sarampión, rubéola y el síndrome de rubéola congénita. Actualmente se presenta reemergencia de sarampión en algunos países latinoamericanos y en Estados Unidos, lo que pone en riesgo el logro de eliminación si no se mantienen elevadas coberturas de vacunación. C2
*Los autores trabajaban en investigación en el Instituto Nacional de Salud Pública. Cesar Omar Zuñiga Ocampo y José Luis Díaz Ortega trabajan actualmente en el Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia (CENSIA).