En esta ocasión fueron tres los galardonados con esta presea que para muchos constituye un sueño distante, sino es que más bien platónico. Me refiero al Premio Nobel de Medicina o Fisiología 2015.
Este año fue momento de reconocer a los trabajos enfocados en lo que se conoce como “medicina tropical”, en referencia a las zonas geográficas que presentan la mayor incidencia de las enfermedades que atiende.
Es por ello que el premio fue dividido en dos partes; la primera otorgada al irlandés W.C. Campbell y al japonés S. Ōmura por el descubrimiento de la avermectina; y la segunda a la china Y. Tu, por el descubrimiento de la artemisinina[1].
La avermectina y sus derivados son potentes medicamentos antiparasitarios e insecticidas que funcionan “paralizando” el sistema nervioso de sus invertebradas víctimas, reduciendo su actividad hasta provocarles la muerte [2].
Esta sustancia es producida por una clase de bacterias estudiadas por S. Ōmura a finales de los setentas. Fue entonces que, de forma casi inmediata, el producto fue probado experimentalmente por W.C. Campbell en el Instituto de Investigación Terapéutica Merck [3][4]; para observar su efecto en contra de diversos parásitos que infestan a miles de personas en países subdesarrollados.
La artemisinina es en cambio un antipalúdico; nombre con el que se conoce a los medicamentos que combaten la malaria. Según los números de la Organización Mundial de la Salud, esta enfermedad ha afectado a 214 millones de enfermos y provocado la muerte de 430 mil personas tan sólo en lo que va del año[5].
Estas cifran reflejan que la malaria es un problema global que está lejos de ser resuelto; pero un pilar fundamental de su tratamiento moderno es el componente estudiado por la científico del país rojo. En un artículo publicado por ella misma para la revista Nature hace 4 años; la autora relata con lujo de detalle cómo fue que llegó al descubrimiento de este medicamento. Aquí refiere cómo hizo uso del conocimiento milenario que sus antepasados herbolarios heredaron a este pueblo oriental, que amenaza con imponerse como la siguiente potencia en tan distintos ámbitos del quehacer humano [6].
Referencias
[1]”The Nobel Prize in Physiology or Medicine 2015″. Nobelprize.org. Nobel Media AB 2014. Web. 6 Oct 2015. http://www.nobelprize.org/nobel_prizes/medicine/laureates/2015/index.html
[2]Pong, S.-S., Wang, C. C. and Fritz, L. C. (1980), Studies on the Mechanism of Action of Avermectin B1a: Stimulation of Release of γ-Aminobutyric Acid from Brain Synaptosomes. Journal of Neurochemistry, 34: 351–358. doi: 10.1111/j.1471-4159.1980.tb06604.x
[3]Burg, Richard W., et al. “Avermectins, new family of potent anthelmintic agents: producing organism and fermentation.” Antimicrobial Agents and Chemotherapy 15.3 (1979): 361-367.
[4]Egerton, J. R., et al. “Avermectins, new family of potent anthelmintic agents: efficacy of the B1a component.” Antimicrobial Agents and Chemotherapy 15.3 (1979): 372-378.
[5]“WHO welcomes Nobel Prize in Physiology or Medicine 2015 for discoveries of drugs against tropical diseases”. Who.int. Web.
http://www.who.int/neglected_diseases/news/nobel_prize_2015/en/
[6]Tu, Youyou. “The discovery of artemisinin (qinghaosu) and gifts from Chinese medicine.” Nature medicine 17.10 (2011): 1217-1220.