BORDE LA CIRCUNSTANCIA
Finito levantado:
Un rosario de esmeraldas
no hay exactitud
una espera ni siquiera
seguro aún
volví los ojos sobre mí,
Aroma tenue,
un ruido de señal
dentro
su aliento:
me barrió
en seis formas,
su gota punteada alta,
no sólo era una estadística
CONFESIÓN
El doctor me dijo que no era una noticia,
fue una leyenda
que me alcanzó, un susurro de sangre
que pronunció mi propio nombre.
Te lo digo, no recuerdo como me lastimé
– me sorprendió,
Llamarada en mi barro, gruñiendo,
Todas mis vocales abiertas
Me sentí traducido
por mi propio diccionario
Silencio como escalera, arrastrado hacia.
y triste, sabes?
Tú eres lo único cálido por millas
¿preparado? estoy en el campo de batalla
y soy el campo y la batalla.
Hay que hacer de mi guerra un rumor, la haré cojear.
Al final de un largo pasillo, algo me espera.
Me trago una pastilla blanca
todos los días de esta semana,
Después la inyección y sus asteroides resultantes,
para asilar mi cuerpo
hoy hemos ido al cine y comprado
unas camisas,
las horas atascadas han soltado sus nudos,
me levanto por dentro
no te preocupes, no te preocupes, no te preocupes, no te preocupes.
CUANDO EL GRAN SILENCIO UNO NO PUEDE SER EL OMBLIGO DEL CANTO (*)
Aquí sentados en un escaño,
Una vez más descifrando los rayos
cuando los labios secos
En una nueva versión
de esta historia, todavía estás
rodillas resisten.
Todo lo que podemos pensar es:
Un cuerpo con algunas salpicaduras
sin haber tocado la puerta. Muéstrame
cómo solemos recordar la
lluvia, y no resurgir en un campo
lleno de mosquitos. Enséñame
a sostenerte como el agua que
tengo en mis manos es una cura
para mañana. Déjame olvidar, esta hora,
sabemos las mejores
horas. La tierra
se dobla y rompe
mientras afilamos los pasos que siguen.
De nuestros cuerpos la luz
que traga la sombra.
(*) El título de este poema ha sido tomado de un verso de la poeta chilena Delia Dominguez
CIELO
Porque hoy no sentí nada, lo
cual fue genial,
totalmente genial conmigo,
porque mi sangre era un helado con frutas.
Me miré en el vidrio del ventanal,
había pequeños músculos involuntarios
en mi cara sonriéndole
a un caracol subiendo con su carga, buscaba el cielo,
sentí, todos en lo mismo.
De alguna manera,
es más temprano de lo que debería ser,
Incluso en invierno.
Aquí me encuentro, rebobinando
Cada agosto de nuestras vidas
En las que no entrado el frío
O cuando se ha ido,
Nada queda al revés, el óxido nunca nos has sido natural,
No llevamos mundo encapuchado en el corazón
El amor reconoce que el tiempo es desigual,
Nada que castigar,
Cuántas veces hemos dicho: nuestro jardín cóncavo,
Ellos dicen: es vuestro bajo el aire del cielo
Nuestro dedos giran
Como tallos compuestos cuyo color
Tuerce las escalaras de serpientes
Y en nuestras conferencias,
tantos equivalentes
Para gracias.
CLAUSURANDO
El presente siempre quiere
otro paso entre
mundos: más.
Tentativamente comienza
y se detiene. Deja libre:
cada uno decide cuánto
asir. Es decir, la
gravedad. Hay formas
de contener una cosa.
Sin atarla
bulle libre.
Tal vez
un enredo cuántico en una
tarde inusualmente cálida de diciembre,
que me hace
girar hacia a la primavera de otro año,
quiero la quietud que me aprecie
estoy tratando de decirte algo sobre cómo
reorganizar mi universo,
estoy tratando una versión del yo que aún está por venir,
espero te sorprenda.C2
Alejandro -
Muy bueno!!
Ana Maria Repetto -
El autor transmite numerosas sensaciones que nos transportan a otra dimensión. Excelente explicaciones de aquello que no todos podemos comunicar! Gracias por liberar nuestras almas!!